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UN GRILLO TRAVIESO

Escrito por SUSANA IRIGOITE el domingo, 15 de febrero de 2015 | 12:33

Había una vez un grillo llamado Blacky, que merodeaba todos los días la casa de la familia Sanders.
Cierto día  Blacky decidió ingresar a la vivienda sin ser visto por los perritos de la casa  Bony, Colita y Sultán. Por ahí también solía andar el gatito Pussy, quien tampoco lo vio entrar aquella mañana.
A los saltos llegó hasta un rincón  y muy feliz se acomodó. -¡Ah...que bien se está aquí! -Pensó para sí.
En un determinado momento Sultán preguntó a Colita:
-¿No haz oído un ruido raro?
-No, en absoluto -respondió Colita.
Corriendo apareció Bony, fue entonces cuando Sultán volvió a preguntar:
-No haz oído un ruido raro en aquel rincón?
-No, yo estuve jugando en el jardín -contestó Bony.
Pasaron las horas hasta que por fin llegó la noche y los perritos y Pussy ingresaron a la casa para descansar luego de un día agotador.
Al apagar las luces Blacky, comenzó a cantar con toda la voz, tan fuerte cantaba que Sultán, Colita y Bony al igual que Pussy se despertaron sobresaltados.
-Ahora ¿Han oído algo? -les preguntó nuevamente Sultán a sus compañeros.
Se obsevaron por unos instantes unos a otros, rápidamente salieron de sus camas y fueron al encuentro del intrépido grillo.
Buscaron por todos los rincones, sin obtener resultado alguno ya que Blacky se movía constatemente de un lugar a otro, sin dejar de entonar su canto  chillón.
-¡No podemos dejarlo! -dijo Colita -¡Despertará a nuestros amos!
-¡No, lo haremos desaparecer antes de que ellos despierten! -dijo Sultán.
Bony mientras tanto, se hallaba revisando cada recodo del living, cocina, baño etc. pero nada sucedía y Blacky, continuaba cantando. Tanto cantó, que la señora y el señor Sanders se despertaron y también ellos comenzaron la búsqueda.
Blacky,  ya asustado por tanto ajetreo, calló su canto y buscó un lugarcito donde nadie pudiera hallarlo. Al  silenciarse Blacky, todos regresaron a sus aposentos nuevamente.
Cuando se encontraban profundamente dormidos, Blacky entonó una vez más su ruidoso canto, esta vez  más fuerte aun, pero el travieso grillo lo hizo desde cerca de una ventana y cuando vinieron en su busca,  pudo saltar desde ese lugar al jardín sin que nadie lo pudiera atrapar, y de esta manera continuar con su canto hasta el nuevo amanecer.
.
Cuentan que desde entonces, Bony, Colita, Sultán y Pussy, no dejan de vigilar la entrada de la casa, ya que en cualquier momento puede reaparecer el travieso grillo Blacky, entonando su canto, despertando a la señora y el señor Sanders, deseosos de descansar luego de una intensa jornada.

FIN

Susana E. Irigoite
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Autora: SUSANA IRIGOITE

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