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RECOMPENSA LUEGO DEL ESFUERZO

Escrito por SUSANA IRIGOITE el martes, 17 de marzo de 2015 | 17:13


Cuentan que había hace muchos años, una familia que vivía  en un pueblito cercano a un bosque.
La familia West, estaba constituida por el señor y la señora West y sus dos pequeños hijos Denis y Robert, de cinco y seis años respectivamente.
Ambos padres eran personas muy trabajadoras y buenos vecinos. Los niños eran excelentes alumnos.
Cierto día Robert concurrió a la escuela sin haber realizado la tarea que su maestra le había indicado, la cual al ver que el niño no había cumplido con lo pautado, lo llamó  a solas.
-Robert, ¿Cuál ha sido el motivo por el que no haz cumplido con la tarea? Realmente me llama mucho la atención ya que eres un alumno muy cumplidor...
-No pude señorita -respondió el niño sonrojado.
-Y dime ¿Puedes contarme lo que te ha sucedido?
-Pues tenemos a nuestra mamá muy enferma, seño.
-¡¡Oh perdón!! ¿Cómo podría ayudarlos?
-Gracias seño, pero depende de mi hermana y de mí que nuestra madre se salve o no.
-Del médico dirás...
-No;  debemos ir al bosque a hablar con un hada quien irá a ver a mi mamá y luego nos dará una tarea, la cual deberá ser realizada por mi hermana y por mí, antes de que comience el otoño. Si cumplimos con el mandato mi mamá vivirá...
-¡Nunca escuché algo semejante! ¡Deseo que tu mamá  mejore! ¡No te preocupes por tus faltas ahora ocúpate de salvar a tu mamá junto a tu hermanita  y luego, retoma tus estudios!
Sin más ambos ingresaron al aula donde esperaban sus compañeros.
Al día siguiente Robert junto a Denis,  se introdujeron en la espesura del bosque.
De entre la arboleda surgió la imagen del hada quien rápidamente se acercó a los pequeños.
-Hola niños, sé lo que necesitan. Llévenme donde se encuentra vuestra madre, luego les diré lo que deberán cumplir.
Los tres se dirigieron a la casa y el hada pudo contemplar el rostro de la mujer pálido y cubierto de sudor por la fiebre.
-Bueno pequeños, ahora les indicaré lo que deberán hacer; colocarán dentro de cien  bolsas bien grandes todos los frutos maduros del bosque,  los que luego distribuirán en Hospitales y Centros para Ancianos. Cuando hayan cumplido con esta tarea, su madre estará sana.
-De acuerdo -dijo Robert.
-Igual -dijo  Denis.
Inmediatamente se dirigieron en busca de las cien bolsas grandes.
Pasaron varios días y noches juntando frutos maduros, hasta que no encontraron ni uno más. Robert y Denis desesperados, comenzaron a arrancar los frutos aun verdes de las plantas para luego colocarlos al sol y tener los frutos maduros que necesitaban. Sabían que el otoño se aproximaba y ya no habría más frutos maduros en los árboles y los necesitaban para ¡Salvar a su mamá!
Pasaron los días y el otoño ya daba señales de que  se instalaba.
Los pequeños aún continuaban juntando frutos verdes de los árboles y los colocaban al sol.
Así fue que cuando el otoño llegó definitivamente, los niños tenían las cien bolsas llenas de frutos maduros listos para ser repartidos tal como les indicara el hada.
Muy felices fueron distribuyendo los frutos del esfuerzo, luego regresaron al bosque en busca del hada quien ya los esperaba.
-¡Hola niños! ¿Han cumplido con mi pedido?
-Así es -respondió Denis.
-¡Muy bien! Ahora los acompañaré hasta su casa para que vean y saluden a su mamá. ¡Ella los está esperando muy ansiosa!
Así fue que que al regresar al hogar Robert y Denis, fueron recibidos por su mamá con abrazos intensos,  caricias y besos.
 Los niños se miraron con gran felicidad. Su trabajo había sido recompensado. Ahora su mamá se encontraba sana,  gracias a su esfuerzo y esa era la mayor recompensa...

    Susana E. Irigoite

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Autora: SUSANA IRIGOITE

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