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LA HORMIGA BIBY

Escrito por SUSANA IRIGOITE el sábado, 11 de abril de 2015 | 16:27

Era un mediodía caluroso, cuando la hormiga Biby salió de su casa construida debajo de la tierra. Miró hacia ambos lados y no observó movimiento alguno.
Pasado un tiempo, a lo lejos divisó a una de sus compañeras. Era Ruly quien venía con una carga mayor que su cuerpo.
-¡Hola Ruly! deja que te ayude -le dijo.
-¡Oh no Biby! ¡Ya llego y la dejo! pero...necesitamos trabajar todas pues presiento que se aproxima un aguacero y nuestra casa se va a inundar si no lo hacemos ¿No te parece?
-¡Sí , claro! -respondió Biby, quien comenzó inmediatamente a viajar con carga hacia el hormiguero.
Al verla, las demás hormigas hicieron lo mismo sumándose a Biby y Ruly formando ¡Una fila enorme! todas cargadas de hojas, ramitas, pastos, etc las cuales llevaban a su hormiguero antes de que la tormenta las sorprendiera.
-¡Vamos, vamos! -alentaban Biby y Ruly -¡Apurense que debemos proteger nuestra casa!
Así fue que se hizo de noche y Biby,  Ruly y las demás hormigas continuaban su marcha incesante. A veces la carga las hacía caer pero volvían a intentarlo.
La tormenta no tardó en llegar luego de que las hormigas concluyeran su día de trabajo. Rayos y truenos  atravesaban el firmamento y la lluvia caía inclemente,  mientras el viento silbaba por encima del hormiguero.
-Tapa bien aquel costado -indicó Biby a una compañera -que no filtre agua por ese costado.
-¡Así lo haré! -respondió la otra.
De pronto, Ruly llegó corriendo desesperada.
-¡Chicas! ¡Chicas! ¡Rápido! ¡Vengan aquí y tapen! ¡Se nos está inundando la casa!
Fue entonces cuando todas colaboraron tapando cada una un lugar por donde entraba el agua.
Por un tiempo,  la lluvia continuó castigando contra todo lo que las hormigas habían conseguido para taparlo y el agua comenzaba a cubrir el hormiguero tal como lo expresara Ruly.
Repentinamente,  Biby tomó una decisión. Iría en busca de más hojas y ramas para cubrir su casa. Salió por un pequeño agujerito que tapó muy bien al irse. Despacio, pues el agua le impedía avanzar cargó con hojas y ramas hasta que su cuerpito no resistió más el peso. Se dirigió entonces hasta su casa, mientras las gotas de lluvia resbalaban por la carga que llevaba y empapaban  su cara.
Como pudo llegó hasta el hormiguero y descargó  ayudada por sus compañeras, quienes hacía instantes se habían dado cuenta de su ausencia en la casa. Otras imitaron el proceder de Biby y lograron tapar muy bien todos los agujeros y descansar tranquilas esa noche.
El amanecer siguiente también fue lluvioso por lo cual Biby, Ruly y las demás hormigas no salieron de su casa.
Pasaron dos días desde aquella tormenta, al tercer día la tarde se presentaba con un sol radiante y Biby junto a Ruly se hallaban abocadas a la tarea de ordenar su casa. El resto cada una tenía asignada una tarea diferente.
En determinado momento Ruly salió en busca de una rama para reforzar  la entrada al hormiguero. Se hallaba descendiendo de un árbol con una rama, cuando un viento huracanado que sopló repentinamente, hizo que la pequeña hormiga perdiera su carga y quedara prendida  del árbol por casualidad.
-¡Biby ayúdame! -Gritaba desesperada.
Al ir sus gritos todas acudieron a socorrerla.
La primera en responder fue Biby,  quien sin pensarlo subió  al árbol llegando de esta manera a la rama  y extendió su cuerpo hasta tomar de las extremidades a Ruly.
-¡Aquí estamos compañera! ¡Ahora agárrate de mi para descender!
Ruly así lo hizo y a pesar de que el viento las mecía como a  hojas, juntas en minutos estuvieron en el suelo nuevamente.
-¡Ahora, vamos a casa! -dijo Biby.
-Sí, vamos -respondió Ruly.
Sus compañeras las aplaudieron al verlas llegar. Las estaban esperando luego de ver que ambas estaban bien.
El viento afuera continuaba silbando por encima del hormiguero, pero ellas estaban tranquilas pues habían trabajado mucho, mucho,  para asegurarse de que su casa estuviera segura y resistiera cualquier inclemencia del tiempo.
Ahora;  Biby, Ruly y sus compañeras gozan de bienestar fruto del esfuerzo, trabajo con esmero. Trabajo realizado en conjunto, colaborando unas con otras, con amor y en armonía...

Susana E. Irigoite

 


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Autora: SUSANA IRIGOITE

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